El motor que impulsa la deforestación en la Amazonia es la explotación de su inmensa riqueza. Encabezando la desaparición de masa forestal encontramos la conversión del terreno en plantaciones agrícolas o en zonas de pastoreo, la construcción de carreteras, la extracción maderera, las actividades mineras o la especulación agraria, todas ellas, en muchas ocasiones, realizadas de manera ilegal o, cuando menos, irregular. Desde los años 90, los protagonistas de la deforestación han sido la expansión de terrenos para la cría de ganado y para plantaciones de soja y aceite de palma.
CONSECUENCIAS DE LA TALA:
LA DEFORESTACIÓN DEL AMAZONAS Y EL EFECTO INVERNADERO: Cerca del 60 por ciento de la Selva Amazónica, el mayor pulmón verde del planeta, podría desaparecer antes de 2030, como resultado de los gases de efecto invernadero y la deforestación masiva. La tasa de demolición es de 100.000 kilómetros cuadrados al año. Esto significa que cada cinco años se arrasa un área del tamaño de Francia» .¿Por qué muere la selva amazónica? O, mejor dicho, ¿por qué el talado de sus árboles se nos aparece como irreversible?. Porque, a primera vista, uno pensaría que en cualquier momento puede dejarse en paz un campo que ha sido deforestado y las semillas volverán, traídas por los pájaros y el viento, y la selva se reconstruirá, igual a sí misma. Esto, que ocurre en otros ecosistemas, es extremadamente difícil en la selva amazónica.
Los árboles crean oxígeno, elemento que sabemos bien, necesitamos para respirar. Esa sola circunstancia parecería motivación suficiente para dejarlos intactos. En calidad de pulmones del planeta, los bosques trabajan las 24 horas para extraer el dióxido de carbono del aire (proceso denominado «captura de carbono») y brindarnos oxígeno a cambio.
En nuestros días, muchos científicos preocupados por el cambio climático investigan toda clase de ardides intrincados, caros y artificiales para capturar el carbono de la atmósfera con la esperanza de moderar el cambio climático. A mí me parece un despropósito. Ya tenemos un sistema natural que, además de capturar el carbono de la atmósfera, nos brinda el tipo exacto de aire que necesitamos para respirar: el sistema de nuestros árboles. ¡Y sus servicios son gratuitos! No puede pedirse mucho más.
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