Se ha dicho que la Amazonia es la última página, aún no concluida, del Génesis. Todo en ella es tan complejo, tan inconmensurable y de tal exuberancia que para describirla es necesario incurrir en una profusión de adjetivos y en cierta desmesura verbal. Exceso que encierra impotencia, e impotencia que esconde ignorancia, la que nos impide analizar y sintetizar lo que esas tierras impenetrables, inexploradas, fecundas, desbordantes, misteriosas y aún remotas esconden.
El Amazonas es un río inmenso; la quinta parte de agua fluvial del mundo discurre por su cauce, que es 16 veces más caudaloso que el del Nilo, aunque el coloso africano sea algo más largo; tal es su presencia e importancia, que su sistema fluvial ha configurado una cuenca de más de 7.000.000 de km2 formados, fundamentalmente, por los sedimentos que él y sus afluentes han ido y van depositando. Esta superficie ocupa una buena parte de América del Sur y se extiende por el norte de Brasil, por Venezuela, Surinam y las Guayanas y abarca también el este de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Esta inmensa planicie de terrenos sedimentarios, difícilmente se escapa a la dictadura marcada por los ríos que la erosionan, que acarrean y depositan los sedimentos, para configurar un paisaje donde agua y tierra se funden, en continuo cambio, para crear un escenario único que alberga una de las mayores riquezas biológicas.
El trópico es profusión de biodiversidad y ninguna región de la tierra cobija una cantidad, ni tan grande ni tan variada de la misma. Se calcula que las selvas tropicales, que solo ocupan el 6% de la superficie terrestre, alojan a más de la mitad de los organismos. Así, de las aproximadamente 270.000 especies de plantas vasculares conocidas, 170.000 viven en las regiones tropicales. Tres países de la cuenca amazónica: Colombia, Ecuador y Perú reúnen, en su flora, cerca de 40.000 especies aunque sólo ocupan el 2% de la superficie del planeta y cerca de Iquitos, en Perú, se ha localizado el punto conocido que, hasta ahora, alberga la mayor diversidad arbórea del mundo: en dos hectáreas se han censado 300 especies de árboles.
Esta riqueza no es tan sólo cuantitativa sino también cualitativa. Así, en el escudo Guyano, esa porción de tierra situada en el noreste de Sudamérica, entre Venezuela, Colombia, Guayana, Surinan y norte de Brasil, donde se yerguen las mesetas de arenisca conocidas como tepuis, existe una flora con más de 8.000 especies de plantas vasculares de las que, aproximadamente, el 50% son endémicas.
algunas plantas del amazonas:
- Euterpe precatoria
- Cupressus lusitánica
- Protium altissimum
- Eschweilera coriácea
- Bauhinia glabra
- Habropetalum dawei
- Dioncophyllum thollonii
- Aechmea orlandiana
- Bromelia Nidularium
- Bromelia Billbergia
- Acacallis cyanea
- Phragmipedium caudatum
- Comparettia ígnea
- Cattleya trianae
- Stanhopea jenischian
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